jueves, 15 de abril de 2010
34. El Castillo del rey loco.
El castillo de Neuschwanstein, (en español “nueva piedra del cisne) construido en la segunda mitad del siglo XIX y obra cumbre de Luis II de Baviera, es el destino turístico más visitado de toda Alemania. Está en el sur, muy cerca de la frontera austriaca. Situado en la cima de un cerro rodeado de precipicios y en medio de densos bosques de pinos y abetos, este castillo de hadas despliega su arquitectura de fantasía. Como en todas sus demás obras, el proyecto nació de su imaginación y aunque fue construido por un grupo de arquitectos, el rey supervisó a pie de obra el largo proceso, introduciendo uno y mil cambios a medida que crecía.
Nació como homenaje a Wagner. Luis II, primo de la emperatriz Sissi, sólo vivió aquí unos pocos meses, hasta que en 1886 fue declarado loco y arrestado en el castillo. El 13 de junio se lo encontró ahogado en el lago Starnberg en extrañas circunstancias, junto con el psiquiatra que le había diagnosticado esquizofrenia paranoide. Al anochecer Luis pidió pasear con su psiquiatra Gudden. Este aceptó de buen grado y mandó a los guardias que no les siguiesen, ya que confiaba en Luis debido a una mejoría aparente. Los dos hombres nunca volvieron.
Walt Disney se inspiró en este castillo para crear el de La Bella Durmiente. El castillo de Neuschwanstein se construyó en una época en la que los castillos y las fortalezas ya no eran necesarios desde el punto de vista estratégico. En lugar de ello, nació de la pura fantasía: una bella y romántica composición de torres y muros en perfecta armonía con las montañas y los lagos. La combinación de varios estilos arquitectónicos y la artesanía interior ha inspirado a generaciones de adultos y niños.
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