Los muros de los castillos debían ser sólidos y resistentes, por lo que siempre se hacían de piedra. Por eso los albañiles eran tan importantes, pues de su trabajo dependía la construcción del castillo. Ellos tallaban y labraban los sillares y supervisaban el trabajo de otros obreros que no estaban tan calificados. Los precarios andamios que se elevaban junto a las murallas eran un tanto peligrosos. Aunque trabajr en ellos estaba muy bien pagado, siempre que podían los albañiles trabajaban al nivel del suelo.
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