Los habitantes de los castillos vivían bastante seguros tras las murallas, pero fuera el mundo era muy peligroso. Esto se debía a que abundaban los ladrones y asesinos (una amenaza no sólo para los campesinos, sino que incluso para los nobles).
La justicia no era muy frecuente y la que se impartía solía favorecer a los más ricos y poderosos. Cuando un hombre pobre cometía un delito cuya víctima era un hombre rico se lo juzgaba sin compasión alguna, pues la tortura era una práctica muy común y los castigos eran extremadamente duros. Por su parte los ricos robaban constantemente a los pobres medeante tributos y leyes feudales legalmente establecidos. Incluso juzgaban y castigaban a los que no querían o no podían pagar sus deudas. En cambio, cuando un noble o una persona poderosa cometía un delito, el tribunal solía ser muy indulgente y casi siempre lograba comprar su libertad con un pequeño soborno.
Bueno, en la actualidad no es muy diferente... no?
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