El precio del amor.
Las parejas que no estaban casadas tenían que ir con mucho cuidado al citarse pues si eran descubiertas, el señor feudal podía imponerles una multa o pena pecuniaria que alcanzaba sumas considerables. Se cuenta que en 1263 el notario de St. Alban, en Inglaterra, pagó una multa que equivalía al jornal de ocho días.
Las parejas que no estaban casadas tenían que ir con mucho cuidado al citarse pues si eran descubiertas, el señor feudal podía imponerles una multa o pena pecuniaria que alcanzaba sumas considerables. Se cuenta que en 1263 el notario de St. Alban, en Inglaterra, pagó una multa que equivalía al jornal de ocho días.
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