jueves, 4 de noviembre de 2010

48. Godendag.

En 1302, en la batalla de Courtrai, los habitantes de la ciudades flamencas de Brujas, Ypres, y Courtrai, iban armados, en su mayor parte, con las armas cortas de tipo personal para enfrentar al ejército de caballeros francés, muy superior y supuestamente mejor armados. Sin embargo los franceses encontraron una derrota total a manos de las milicias flamencas.

La reacción a esta victoria, (victoria de las clases bajas y medias), y al gran número de muertos de caballería francesa, causó un gran revuelo entre los nobles, caballeros, y las clases altas de la sociedad medieval. El arma que logró esta devastadora e inesperada victoria se llamada Goedendag (literalmente, "buenos días" o "buen día" en holandés), y lejos de ser una sofisticada arma de combate era básicamente un garrote grande, pesado y tosco armado con una afiliada punta de hierro asida a él por un pesado refuerzo metálico. Otro modelo es un bastón largo terminado en un trozo de madera con espinas de acero en secuencia.

Lo cierto es que esta arma pasó a los anales de la Historia por la deshonrosa derrota de los caballeros de Francia. En esa batalla por la defensa de Flandes, se enfrentaron la mejor caballería pesada de todo el Medioevo contra una más reducida tropa flamenca compuesta sobre todo de infantes reclutados y sin casi panoplia. Esta infantería, portaba solamente como arma principal estos "sobrevalorados" godendags, y una orden de Guido de Dampierre, conde de Flandes: "...no hacer ningún prisionero por pedir rescate, mas degollarlos a todos..." Así fue como con esta encomienda y los godendag, los flamencos consiguieron derrotar a la mejor tropa pesada de la Europa medieval en una cruenta batalla que se denominaría más tarde como "La batalla de las espuelas de oro". Considerándose una de las pocas y gloriosas batallas desiguales ganadas por la infantería a la caballería hasta ese preciso momento de la Historia.

Algunos han pensado tal batalla como el inicio de la decadencia de la caballería pesada, y muy a pesar de otras derrotas, los caballeros dominarían los campos de batalla hasta muy entrado el siglo XV...

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