Una cuestión importante a tener en cuenta a la hora de ir "al baño" es dónde van a parar los resultados de tal labor!!!.
Pues bien, los retretes más sencillos desaguaban directamente en el exterior de la muralla, por ello los alrededores se convertían en una masa maloliente e insalubre. Los maestros de obras procuraban que las letrinas dieran al foso o a un riachuelo para que las aguas se llevaran la inmundicia. La acumulación de deposiciones en el foso acababa por dejarlo seco y periodicamente había que vaciarlo y excabarlo de nuevo.
Algunas letrinas estaban construidas sobre un desagüe de piedra que se conocía como pozo de la letrina. La desventaja que presentaba este tipo de desagüe era que debilitaba la defensa del castillo. El asedio del Chäteau Gaillard, en el río Sena, que tuvo lugar en 1204, acabó cuando los invasores entraron por los pozos de las letrinas. Una vez dentro abrieron el puente basculante para que entrara el resto del ejército. Desde entonces los maestros de obras decidieron enterrar el extremo del desagüe del foso o taparlo con una reja metálica.
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