Comienza nuestro recorrido de armas y tácticas medievales, como una forma de conocer el universo violento de aquella época. En todos los diversos caminos de la humanidad las armas han prevalecido, por desgracia, como una variable muy importante de la Historia, siendo central para nuestra “interpretación bélica” del período.
La primera arma sobre la que trataremos es el “lucero del alba”, perteneciente a la familia de las mazas de armas, podemos distinguirla dentro de aquel grupo por la forma redondeada de su cabeza. Es precisamente, de esta característica que proviene su nombre, ya que con una cabeza esférica y cubierta de púas se asemeja a la “estrella de la mañana”. Este nombre sin embargo, le fue dado a posteriori (en el siglo XX) como traducción directa de Morningstar (Inglés) y de Morgenstern (Alemán). Es muy posible confundirla con el mangual o el mayal (armas de vástago y cadena) por su terminación en “pinchos”.
Esta arma, especializada para perforar, aparece en el siglo XIV (aun cuando es conocida su forma por distintas civilizaciones anteriores) y su momento de esplendor coincide con la necesidad de enfrentar a los caballeros vestidos de arnés (armadura de placas completa o Armaduras Blancas). ¡Se entienden las razones!, pensemos que ante un caballero en armadura no había prácticamente nada ni nadie que pudiera detenerlo. El efecto del golpe del “Lucero del alba” era no sólo penetrante, sino que podía hundir el metal o dejar inconsciente a cualquier combatiente. ACCIÓN Y REACCIÓN.
La primera arma sobre la que trataremos es el “lucero del alba”, perteneciente a la familia de las mazas de armas, podemos distinguirla dentro de aquel grupo por la forma redondeada de su cabeza. Es precisamente, de esta característica que proviene su nombre, ya que con una cabeza esférica y cubierta de púas se asemeja a la “estrella de la mañana”. Este nombre sin embargo, le fue dado a posteriori (en el siglo XX) como traducción directa de Morningstar (Inglés) y de Morgenstern (Alemán). Es muy posible confundirla con el mangual o el mayal (armas de vástago y cadena) por su terminación en “pinchos”.
Esta arma, especializada para perforar, aparece en el siglo XIV (aun cuando es conocida su forma por distintas civilizaciones anteriores) y su momento de esplendor coincide con la necesidad de enfrentar a los caballeros vestidos de arnés (armadura de placas completa o Armaduras Blancas). ¡Se entienden las razones!, pensemos que ante un caballero en armadura no había prácticamente nada ni nadie que pudiera detenerlo. El efecto del golpe del “Lucero del alba” era no sólo penetrante, sino que podía hundir el metal o dejar inconsciente a cualquier combatiente. ACCIÓN Y REACCIÓN.
No hay comentarios:
Publicar un comentario