viernes, 25 de marzo de 2011

55. Vlad III, el verdadero conde Drácula. (Tercera parte).

Vlad Draculea en una pintura del castillo de Esterházy (Siglo XVII)

Dibujo reconstrucción del empalador

Hemos vuelto con la historia de éste personaje siniestro y real, que nos deja pensando en que los seres humanos pueden ser los peores monstruos del infierno, pero en la Tierra. En fin, nuestro querido Vlady luchó y descargó toda su brutalidad tanto contra cristianos como contra musulmanes. Defendiendo lo que le convenía en cada momento, luchaba contra aquel que le hiciera pagar tributos.
Tanto musulmanes como cristianos lo tenían por maldito, quedándose él en una posición media, obligando a musulmanes de su país a luchar contra los musulmanes turcos, y a los católicos a matar ortodoxos.
El Día de San Bartolomé de 1459, Vlad hizo empalar a la mayoría de los sajones de Braşov, una ciudad transilvana que se había rebelado contra él, ya que habían apoyado al pretendiente Dan II junto con desleales húngaros y rumanos, y a continuación organizó un festín en el centro de este nuevo Bosque de Empalados aún aullantes, frente a la tarima donde un verdugo descuartizaba lentamente a los cabecillas de la sublevación y sus familias. La peculiar celebración duró hasta muy entrada la noche, cuando, para iluminarse, Vlad y su ejército prendieron fuego a la ciudad ante los ojos de sus 30000 agonizantes ciudadanos. Incluso a los que no mandó empalar los amontonó e hizo que sus soldados los mataran a sangre fría con espadas, picas y cuchillos. Poco después atacó las ciudades de la región Ţara Bârsei, en donde también hubo varios empalamientos.
Al año siguiente arrasó las ciudades de Amlaş y Făgăraş por rebelión, resultando la gran mayoría de sus habitantes empalados, quemados o muertos en combate. Estas ciudades tardaron varias generaciones en recuperar su población, quedando desiertas algunas poblaciones durante un siglo. Vlad, al firmar la paz con Transilvania, exigió que este principado no acogiera a ningún enemigo y que le pagara un tributo de 15000 florines.
Una vez hubo resuelto los conflictos internos, Vlad se alió con los húngaros, especialmente con el rey de Hungría Matthias Corvino (hijo de Iancu de Hunedoara). En 1459 dejó de pagar tributos a los turcos, y en 1460 se alió con Corvino y lanzó una serie de campañas contra los otomanos. Aunque las campañas resultaron exitosas al principio, no le proporcionaron victorias duraderas debido tanto al escaso apoyo del mencionado rey húngaro, como a los limitados recursos de Valaquia.
En 1461 Draculea libró una de sus más famosas batallas. El Sultán turco Mehmed II, conquistador de Constantinopla, le tendió una trampa. Envió a su encuentro al colaboracionista griego Catavolinos, en calidad de embajador, para citarle en Giurgiu, puerto danubiano cerca de Bucarest, con el fin de "solucionar un pequeño problema fronterizo". En el lugar de la cita esperaba un destacamento al mando del general Hamza Beg. Vlad Tepes fingió caer en la trampa y se presentó con parte de los tributos pendientes e incluso algunos presentes para el sultán pero, a su vez, llevó consigo a un nutrido ejército de caballería que derrotó a los turcos con relativa facilidad. Después de esta batalla Catavolinos y Hamza Beg fueron conducidos junto al resto de los prisioneros hasta Târgovişte, donde murieron empalados, aunque otras fuentes aseguran que Hamza Beg fue abandonado con vida en la frontera tras serle cortados los pies y las manos.
Este mismo año, Mehmed II, un hombre al que no se le conocía precisamente por su repugnancia ante la efusión de sangre, retrocedió cuando pretendía invadir Târgovişte y volvió a Estambul enfermo de violentos vómitos ante la visión del Bosque de los Empalados. Este peculiar "Bosque" era un valle donde se habían talado todos los árboles para obtener estacas. Estacas suficientes para empalar a más de 23000 prisioneros turcos, húngaros, rumanos, búlgaros y colonos alemanes y sus familias empalados allí mismo, repartidos por todo el valle, en lo alto de los palos.
Animado por estos éxitos, Vlad III cruzó el Danubio y penetró en territorio otomano, donde derrotó a las tropas turcas. El 11 de enero de 1462 Draculea envió una misiva a Matías Corvino, informándole del recuento de las cabezas de 24000 enemigos, a los que había que sumar los muertos en los incendios de sus casas, cuyos cadáveres no fueron recuperados. Además de la carta también envió al rey húngaro dos grandes sacos con orejas, narices y cabezas de sus víctimas. Fue tal el terror desatado entre los turcos por estas incursiones que buena parte de la población musulmana de Estambul abandonó la ciudad por miedo a que fuera conquistada por Vlad con el apoyo de los numerosos habitantes que aún echaban de menos el esplendor bizantino.

55. a- Vlad III, el verdadero conde Drácula. (Tercera parte).

Vlad Ţepeş (pintura en acuarela, Alemania, S. XVI).

Parte de un retrato del altar de la iglesia de Santa María, en Viena, pintado en el año 1460. Parece ser la única representación de Vlad Tepes pintada en vida de éste que ha llegado hasta nuestros días.

Enfurecido por el avance de los valacos, Mehmet II atacó ese año con un ejército de 150000 hombres (según una carta que él mismo escribió a un gran visir) y una flota que ascendió por el Danubio. Estas tropas incluían a 4000 soldados de caballería comandados por Radu el Hermoso, hermano de Vlad III. No hay acuerdo respecto a la cantidad de hombres de los que dispuso Draculea, pero diversas fuentes barajan cifras entre los 22000 y los 30900. Lo que sí es seguro es que Vlad III no pudo evitar que los turcos ocuparan la capital, Târgovişte (4 de junio de 1462), por lo que se sirvió de estrategias como la guerra de guerrillas y la tierra quemada para enfrentarse a los turcos durante la primavera y el verano de 1462, además de diversos ataques. El más importante tuvo lugar entre el 16 y 17 de junio, cuando Vlad y algunos de sus hombres disfrazados con ropas turcas se introdujeron en el campamento turco e intentaron asesinar a Mehmed. Además, para desmoralizar a los invasores, ordenó evacuar todas las ciudades de Valaquia y sacar de ellas cualquier objeto de valor. Éstos se retiraron tras fracasar en el asedio a la fortaleza de Chilia (al sur de Moldavia), con sus tropas diezmadas por la peste y dejaron a Radu el Hermoso para que continuara la lucha.Esta sería la última gran batalla de Draculea. Pese a las victorias, a Vlad se le oponía la nobleza, que apoyó a su hermano Radu. Mehmet II, una vez en Estambul logró, usando una serie de intrigas que incluyeron la falsificación de documentos, que Matías Corvino encarcelase a Vlad III en agosto de 1462.

El ejército turco, dirigido por su medio-hermano Radu, rodeó la fortaleza de Poenari, donde se había refugiado el príncipe valaco. Un arquero lanzó una flecha a través de la ventana, avisando que el ejército turco se acercaba. McNally y Florescu explican que el arquero era un antiguo sirviente de Vlad, que lanzó el aviso por lealtad, pese a haberse convertido al Islam para escapar de la esclavitud por los Turcos. Su mujer, la princesa Cnaejna, al leer el mensaje se arrojó a un afluente del río Argeş para evitar ser apresada. De acuerdo con la leyenda, dijo que "prefería que su cuerpo se pudriera y ser comida por los peces del Argeş antes que ser apresada por los turcos". Hoy el afluente es llamado Râul Doamnei (el río de la dama). El mismo Vlad fue recluido en la torre real cerca de Buda, tomando posesión del trono su hermano Radu, quien actuó como un títere de los turcos.

No se sabe por qué, Draculea fue liberado en torno a 1474, pero no hay duda de que participó en la batalla de Vaslui (en la región de Iaşi, Moldavia), junto al príncipe Esteban Bathory de Transilvania. Juntos invadieron Valaquia con un ejército formado por transilvanos, boyardos valacos y un pequeño número de moldavos enviados por el primo de Vlad Draculea, el príncipe Esteban el Grande de Moldavia. Tras esta batalla Draculea recuperó el trono, pero Esteban Bathory volvió a Transilvania, dejándole en una posición muy débil frente a sus enemigos.
Su última acción fue tres días después, cuando Vlad se lanzó a atacar a los turcos. Estos habían preparado otro gran ejército para conquistar Valaquia y poner en el poder a Basarab Laiota. Los turcos estaban apoyados por los nobles boyardos, quienes les dejaron vía libre para penetrar en Valaquia. Y fue Basarab quien se lanzó contra Vlad Dracula en una emboscada en la que murió éste y la mayoría de su guardia personal de moldavos, de los que sólo quedaron diez soldados. Tras su muerte su cara y su cabellera fueron separadas del cráneo y llevadas como trofeo a Estambul.

55. b- Vlad III, el verdadero conde Drácula. (Tercera parte).

Sepulcro de Vlad

Isla de Snagov, en donde se encontraría enterrado Drácula!!!!!

Tradicionalmente se ha considerado el monasterio ("la isla") de Snagov como el lugar de enterramiento de Drácula, y ciertamente se encuentra allí, junto al altar, una tumba con su nombre, aunque en su interior sólo se han hallado restos de animales. La posible explicación parece ser, como devela el documental "Los padres de Drácula" (Bloodlines: Dracula's family tree"), que los monjes griegos, que se hicieron tiempo después con el monasterio, no quisieron que un personaje tan despiadado estuviera enterrado en el lugar más sagrado del monasterio, así que sacaron sus restos y los enterraron en otra tumba junto a la entrada. Esa tumba se derrumbó por efecto de una riada y los restos de Drácula se perdieron en el lago. Las excavaciones de 1932 encontraron el sepulcro del voivoda vacío, pero no obstante, su cadáver decapitado y ataviado con la vestimenta de su rango fue hallado a unos metros. Los restos, muy mal conservados, se perdieron durante la década de 1940.
Vlad III tuvo dos hijos con la princesa Cnaejna: Vlad IV Ţepeluş, muerto en 1500 y Minhea III"el Malo" (1462-1510), príncipe de Valaquia de 1508 a 1510.